Es tarde

 (Solo para adultos)

Tengo la fantasía de andar desnuda en un depa. Lo tuiteo. Muchos responden. Me río. Tengo más ganas de hacerlo.

Me mandó un DM. Le contesté. Hablamos tímidamente.

Día1

Yo me sentía inquieta. Este chico me excita. Este chico tiene algo extraño. 

Seguimos conversando. Describimos cómo lo haríamos. 

Estoy en su cuarto. Nos quitamos la ropa. Intentamos no hacer ruido. Nos besamos. Le digo que me la meta. Me paro al filo de la cama. Él se para detrás de mí. Le excita que no nos escuchen afuera. 

Dice que imagina mis nalgas. Será por la foto que le envié. Le digo que hago leves gemidos. Le pido que no pare. Le menciono que es mi posición favorita. Contengo los gemidos. Me lleva al escritorio. Me sostengo del borde. Me la sigue metiendo.

 Yo sigo aguantando las ganas de gritar. 

Ve mi cabello rojo hasta la cintura. Me toca la espalda. Me toca las nalgas. Las aprieta. Le pido que me jale el cabello. 

Me hace gritar. 

Le pido que me dé nalgadas. Parece que alguien nos escucha. Sigue moviéndose. Yo sigo sintiéndolo. Me jala el cabello. Me pega hacia él. Lo siento bien adentro.

Me toca los pechos. Roza mis pezones. Los aprieta fuerte. Besa mi cuello. Es un punto sensible. Mi piel se eriza. Me desespero. Me tira a la cama. Estoy en cuatro. Me la sigue metiendo. Yo tiro las sábanas. 

Empiezo a sudar. Me trato de levantar. Me toca la espalda. Dice que me ve mi cabello caer en mi espalda. Estoy quebrada. Le pido más. Siento que choca con algo dentro de mí. Sigo pidiendo más. Estoy excitada. Le mando otra foto. No puede verla. 

Le pido su número para hablar por WhatsApp. Estoy demasiado excitada. Me lo da. Lo agrego. Se la mando. Dice que le encanta la foto. 

La conversación se desvía. Hablamos de otros temas. Veo su nombre. Lo busco en Facebook. Tenemos un amigo en común.

Día2

Le cuento del amigo. Se sorprende. Me cuenta de su amistad.

Me dice que es un chico serio. Tranquilo. Le digo que yo también. Creo que no me cree. Dice que entre cuatro paredes se convierte en otra persona. Tenemos algo en común. Me pregunta qué pienso de él. Le digo que pienso que “me lo haría rico”. Nos reímos. Le tengo ganas. Intercambiamos fotos de nuestros rostros. Me dice que tiene ganas de besarme. Yo me muero por eso y más. Me lo callo. Siento que lo sabe.

Día3

Volví a tuitear algo del depa. Me dice que tiene uno libre. Su tía ha salido de viaje. Yo juego a decirle que podríamos ir. Me pregunta cuándo. No coordinamos fecha.

Su tía ha regresado antes de tiempo. El plan se fue al tacho. Yo empezaba a considerarlo. Me la perdí. Pienso que me hice de rogar. Ya fue.

Pasamos estos días hablando hasta la madrugada. Mis ojeras están pareciendo. Somos tuiteros. Sufrimos de insomnio.

Día4

Le escribo. Me cuenta que tiene prácticas en la U. Me disculpo. No quiero distraerlo. Dice que lo detraiga. Le digo que haría que pierda su examen. Me dice que le encantaría. Seguimos hablando con indirectas. Está claro que ambos nos tenemos ganas.

Día5

Pasan los días. Seguimos conversando. Parecemos amigos. Amigos cariñosos. Le pregunto por sus clases. Él pregunta por mi trabajo. Seguimos desvelándonos. Seguimos conversando.

Me gusta hablar con él. Nos preguntamos cosas íntimas. Ya lo hizo en un ascensor. Yo lo hice en una hidromasajes.

Día6

Hemos coordinado encontrarnos el sábado en Starbucks. Me repite que es tímido. Que fácil no hablaremos buen rato. Le digo que yo me encargo de eso. Lo abrazaré al verlo. Se ríe. No me cree. Le digo que soy habladora. Que no nos quedaremos callados. Hacemos una promesa. Un beso por un minuto de silencio. Somos infantiles. Me encanta.

Día7

Hoy nos encontraremos. Le mando una foto de la ropa interior que usaré hoy. Estoy retrasada. Llego primero. Él llega después. Lo espero. Hablamos por el móvil. Le digo que lo tengo que abrazar. Dice que lleva una polera verde. Lo veo. Sonrío. Lo abrazo. Se sorprende. Pone su brazo en mi espalda. Huele demasiado bien. Ya caí.

Buscamos un lugar. Nos cambiamos de sitio 3 veces. Le pido un frappu mocha. Me trae un frappu de fresa. Tomamos. Conversamos. Nos reímos. Procuro no quedarme callada. Recuerdo mi promesa. Tuiteamos. Nos miramos. Sonreímos. Sigo pensando que huele demasiado bien.

Dice que me quede callada. Que le debo un beso. Me intimido. Quiero morder sus labios. Veo que mira los míos. Me agarra las manos. Se acerca. Me alejo. Sonrío. Lo miro pícaramente. Se acerca. Le digo que le daré un beso en el mentón. Me acerco. Lo beso. Besa rico. Ya me puso. Me río. Me pregunta si nos damos otro. Lo beso. Ya no puedo dejar de besarle. Me toca despacio. Me dice si hacemos real nuestra primera conversación. Sonrío. Le digo que no. Me hace la propuesta de nuevo. Dice que no pudo sacárselo de la cabeza. Pienso que no es tan tímido. Me tienta. Acepto. Me toma del brazo. Nos vamos. No sabemos adónde ir. Salimos a la Marina. Llegamos a uno. Damos vueltas. Lo jalo del brazo. Entramos. Escaleras. Subimos. Él paga. Yo como unos Halls.

Entramos a la habitación. Está oscuro. Prendemos una lámpara. Pone en su Iphone Ilegal de Cultura Profética. Yo le recomendé esa canción. Lo recuerda. Sabe que esa canción me pone. Me acerco. Lo beso. Caigo en la cama. Estamos algo desesperados. 

Mete su mano en mi camiseta. Siento su respiración agitada. Toca mis pechos. Los aprieta. Me desabrocha el brasier. Me los besa. Me muerde. Me encanta. Mis manos están dentro de su polera. Mis uñas rozan su piel. Tiene vellitos en el pecho. Nunca he estado con un chico con vellitos en el pecho. Está encima de mí. Le quito la camiseta. Me quita la mía. Me saco el brasier. Sigo echada. Se arrodilla en la cama. Me quita el pantalón. Me mira toda. Me levanto. Lo beso. Le beso el cuello. Bajo por su pecho. 

Suena en el Iphone “mis manos van jugando a conocer tu espalda”. Él lo hace. Llega hasta mis nalgas. Mi respiración se agita. Mi piel se eriza. Estoy excitada. Me he quedado solo con mi mini bóxer con encaje celeste. Llevo aquel que le mandé en la foto. Me sigue mirando. 

Le desabrocho el pantalón. Lo beso. Le muerdo los labios. Le digo que no puedo evitar morder. Me dice que está bien. Le gusta. Meto mi mano en sus bóxers. La tiene parada. Me siento en él. Me muevo despacio mientras lo beso. Me acerco a su oreja. Respiro. Lo muerdo levemente. Me encanta morder. Su mano está en mi espalda. Sus manos están en mis nalgas. Le digo que me las apriete. Lo hace. Se siente rico. Emito un gemido. Creo que hago gemidos como niña. Le quiero preguntar. Callo.  Lo beso. Mi lengua baja por su cuello. Baja por sus hombros. Bajo a su pecho. Sigo bajando. Le bajo los bóxers. 

Lo miro. Suspira. Mira el techo. Sigo bajando. Se lo cojo. Se lo beso. Me levanto. Le acomodo un par de almohadas en la cabeza. Le digo: “Si no me miras hacerlo, no hay diversión”. Suspira. Me observa. Bajo nuevamente. Me lo meto en la boca. Lo meto despacio. Lo saco despacio. La yema de mis dedos toca entre sus piernas. Me excito. Emito gemidos leves. Reviso si me observa. Me gusta que me observe. Le pongo una mano en mi cabeza. 

Hago que me lo meta. Sigo por unos minutos. Ya tengo ganas. Me levanto. Me tira en la cama. Me quita el bóxer. Me eleva las piernas. Me lo mete. Hago un gemido fuerte. Se mueve rápido. Lo siento. Sigo gimiendo. Suelo gemir demasiado. Se pega a mi cuerpo. Mis piernas tocan mis pechos. Se siente demasiado rico. Paramos. Me pongo en cuatro. Se arrodilla detrás de mí. Sabe que es mi pose favorita. Tengo las piernas juntas. Me la mete. Esta vez lo hacemos más fuerte. Sigo gimiendo. Estoy sudando. Le digo que pare. Que junte algo sus piernas. Me abro. Ahora él está entre las mías. Mi espalda se quiebra. Sé lo que me gusta. Pido lo que me gusta. No me puedo quejar. Él toca mi espalda. Aprieta mis nalgas. Tiro de las sábanas. Hago gemidos más fuertes. 

Ahora suena en el Iphone Bésame mucho de Musa. Paramos. Le digo que es tarde. Mi cartera está en una mesa. Me paro. Busco mi celular. Me toca. La seguimos ahí. Le digo que me jale el cabello. No lo hace muy fuerte. Nos besamos. Estoy echada completamente boca abajo en la cama. Se monta encima de mí. Intento hablarle. Hablo entrecortado. Sonríe. Me dice que le gusta que intente hablar mientras me lo hace. Suspiramos. 

Nos tiramos a la cama. Miro la hora. Me llaman de casa. Digo que estoy en camino. Nos miramos. Él está echado. Yo de lado mirándolo. Conversamos. Juego con su cabello. Él recorre mi cintura con sus dedos lentamente. 

Parece que nos conocemos de antes. Tenemos gustos en común. Nos vestimos. Él me pasa mis mini bóxers que quedaron por ahí. Yo le tiro el polo. Hago el intento de arreglarme en el espejo. Me espera parado junto a la cama. Me paro delante. Lo beso. Lo muerdo. Me carga. Caemos en la cama. Le sonrío. Me sonríe. 

Me dice si quiero desvestirme de nuevo. Sonrío. Cojo mi cartera. Voy a la puerta y digo: "Es tarde".


@TuMediaPerdida