No creo en el FollowBack

Escribir un post para mi abuelito Tuiterlandia es una experiencia nueva y emocionante para una gatita tuitera y virgen aún.

Llegué a Tuiter, tal vez, mucho antes que ustedes, a mediados de mayo 2010. Como estaba todo en inglés, no me atraía demasiado. Me quité a Feisbuk. Un día de aburrimiento total, y por no caer en Fap, desempolvé mi cuenta, limpié telarañas, pasé trapito y cambié de avatar. Hasta ese momento, conservaba mi nombre real: Karen Schwarz. #OkNo JiJi. Después, me pasé al lado oscuro y clandestino. Ya saben: ocultarme tras un seudónimo. Comencé a tuitear porque sí. Si me piden una razón, diría que es porque quiero y porque escribo lo que no puedo decir en voz alta, sin que mi abuelita me jale la oreja L (¡No me pegues, abuelita! #ModoTelasopapeo). Para mí, follow es "Pucha, me cago de risa ¡Toma!" y unfollow es "Pucha, creí que tuiteabas mejor. Me aburres. Chau". No creo en el FollowBack. ¿Qué carajos? Nadie te puede chantajear así.

Me revientan los que ruegan follow. Esas personas tienen un coeficiente intelectual menor a los que cuentan followers y no tienen autoestima. ¡Me llegan! Yo nunca ruego follow, y repito: No creo en el FollowBack. Los chicos que piden FollowBack, por ejemplo, son más #foreveralone que el burrito de Shrek cantando "¿Por qué estoy solito? No hay nadie aquí a mi lado..." Ellos morirán sin gato que les maúlle. Por su parte, las chicas que piden FollowBack son otro caso. Ellas merecen subir a un Taxi Satelital, pero para que les roben nada más. Digo que morirán vírgenes, carajo. ¡He dicho! ¡CASO CERRADO!

Uno entra a Tuiter para divertirse y trolear, no para hacer hígado o quejarse. La gente que se queja de la situación del país o de cómo nos tratan los putos chilenos aburren. No hagas hígado, no, no, no. ¡Ríete! Pero claro, no llegando al extremo de Megamán...nunca tanto. Si vas a tuitear huevadas políticas o sociales, ¡MERECES UF MASIVO! Para eso mejor sigo a Rosa María Palacios o Álvarez Rodrich.

¡No jodas, pe! Yo creía que era subnormal hasta que entré a Tuiter y los conocí a ustedes, jeje. Y sigo aquí por eso: COMODIDAD.

La conclusión es que seguiré en Tuiter porque se me da la gana, porque me gusta perder el tiempo y hacérsela a mi jefe tuiteando en horas de oficina y, sobre todo, porque tengo internet en el celular.

Bueno, mejor voy ahuecando el ala porque hace como media hora alguien está tocando la puerta del baño con el cuento de que es una emergencia (¡malcriada de mierda, carajo! ¡No saben respetar!) Hasta un futuro desconocido... ¡Ah no! Yo no hablo con desconocidos. No se olviden de ver Doraemon (si no sabes quién es, eres un ignorante de mierda, pe) y maten a Hello Kitty.

¡¡ADIÓS!!

@Talicatita